PARQUE DE BOMBEROS DE MOIÀ // Josep Ferrando, Pedro Garcia, Mar Puig de la Bellacasa, Manel Casellas

El parque de bomberos de Moià se sitúa en el extremo de la población, a pie de carretera, en el límite con el campo. El antiguo parque, situado en la misma parcela, estaba en un estado de conservación deficiente, y los bomberos llevaban años viviendo en unas casetas prefabricadas situadas junto al antiguo parque, que se usaba solo como cochera.


El edificio actual es fruto del concurso convocado para la sustitución del antiguo parque por uno nuevo, utilizando un sistema prefabricado en taller.
Se ha proyectado un edificio compacto y austero, que otorga protagonismo a la estructura como expresión de su presencia en el territorio. Una secuencia de pórticos perpendiculares a la calle y al paisaje proyectan unos vuelos asimétricos que potencian la transparencia entre ambas partes del territorio, construyendo un plano a 7 metros del suelo que parece flotar sobre los campos. Un elemento neutro y modulable que permitirá fácilmente futuras ampliaciones.

La doble escala de un pórtico embebido en otro pórtico, a modo de muñeca rusa, resuelve la convivencia entre la domesticidad que requiere el bombero que habita el parque y la dimensión de los camiones que habitan la cochera. Un solo gesto que sistematiza y aúna.
Los seis pórticos configuran 5 módulos que alojan el programa del edificio, dividido en 3 zonas: 2 módulos centrales, de doble altura, alojan la cochera para los vehículos, y se convierten en porche al abrir las puertas a ambos lados del edificio. Un módulo lateral, de planta baja y piso, contiene almacenes, servicios y un gimnasio; y los 2 módulos del lado opuesto, la casa de los bomberos, que se desarrolla en planta baja y piso.

 

La industrialización demandada en el concurso para construir en el menor tiempo posible el Parque se resuelve mediante elementos realizados en taller que se ensamblan en obra. Se consideró la madera el material ideal para la realización de una construcción prefabricada y a la vez sostenible. Un esqueleto de madera laminada conforma los pilares dobles (para otorgar esbeltez) y las vigas empresilladas por dichos pilares. Unos paneles de entramado ligero de madera modulan la fachada en un juego de damero que matiza la relación entre interior y exterior según sus usos.
Se optó por utilizar la madera con el sistema óptimo en cada elemento del edificio, obteniendo una combinación de varios sistemas constructivos. De este modo, la estructura portante, pilares y jácenas, son de madera de abeto laminada; los forjados intermedios, de paneles de madera contralaminada CLT; la cubierta, con paneles prefabricados de viguetas, con paneles OSB superior e inferior, que incorporan el aislamiento térmico en su interior; y las fachadas, con un sistema de entramado ligero.


La construcción se ha basado en la eficiencia de los materiales, consiguiendo una envolvente perfectamente aislada, minimizando la presencia de puentes térmicos. Las transmitancias térmicas de la cubierta U=0,40W/m2K y fachada U=0,30W/m2K, aseguran una baja demanda energética del edificio.
La prefabricación en taller permitió una construcción muy precisa, controlando todos sus componentes, reduciendo al mínimo el margen de error. Supuso de igual modo una reducción considerable de los plazos de ejecución, aspecto relevante en esta obra debido a la necesidad urgente de proveer a los bomberos de un nuevo Parque. Y ha reducido al mínimo la generación de residuos en obra.

La construcción en madera evita una gran cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que la madera es un material que fija CO2. Por cada metro cúbico de madera utilizado, se ha ahorrado 1Tn de emisiones de CO2. Por otra parte, al final de su ciclo de vida, al tratarse de una construcción modular en seco, el edificio puede desmontarse, y sus materiales ser reutilizados, evitando los residuos generados en el derribo de un edificio, consiguiendo un ciclo de vida cerrado, cradle to cradle, en el que los materiales, al final del ciclo de vida del edifcio, vuelven a tener uso.

 


La madera es, además, un material saludable, que favorece el bienestar de los usuarios del edificio, en este caso los bomberos.
El Parque de bomberos de Moià, un edificio en el que se ha optado por la madera como símbolo material del siglo XXI, para una arquitectura sostenible, eficiente y saludable.

 
 
 

ARQUITECTOS: Josep Ferrando, Pedro Garcia, Mar Puig, Manel Casellas
COLABORADORES: Ilaria Caprioli, Roger Escorihuela, Juan María Barbero
ASESORES: Miquel Rodríguez XMADE (envolvente) , Josep Nel·lo CALMAT (estructuras), Lluisa Sànchez JSS (instalaciones), SGS (aparejadores)
FOTOGRAFÍA: Adrià Goula
FECHA: 2017 (concurso) – 2020 (finalización obra)
DIRECCIÓN: Moià, Barcelona
CLIENTE: Infraestructures de la Generalitat de Catalunya
CONSTRUCTOR: Caler

 
 

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